Una delegación de alto nivel de la Organización Mundial del Turismo (OMT), encabezada por su secretario general, Zurab Pololikashvili, acudió a la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lleva Tedros Adhanom Ghebreyesus, para intensificar la cooperación en respuesta al brote de COVID-19.
La cooperación mutua entre ambos organismos internacionales es fundamental durante y pasada la etapa crítica de la pandemia, al ser el turismo un sector crucial que contribuye a frenar la propagación de COVID-19.
Además uno de los motores económicos más importantes del mundo, que está seriamente impactado, y requerirá medidas fuertes para su recuperación.
El dirigente de la OMT destacó que el sector turístico está acatando las recomendaciones de la OMS. Pololikashvili pide un liderazgo internacional firme y que el turismo se incluya como prioridad en los futuros esfuerzos de recuperación.
Añadió que la cadena de valor del turismo afecta a cada sector de la sociedad. De ahí que el turismo esté en una posición privilegiada para promover la solidaridad, la colaboración y medidas transfronterizas concretas en estos tiempos difíciles y pueda ocupar también un lugar prominente en el momento de impulsar una vez más la recuperación futura.
Pasos a seguir
Los secretarios generales de la OMT y OMS coincidieron que primero debe haber una comunicación responsable. Los viajeros deben verificar periódicamente con la OMS y a través de otros recursos fiables las últimas actualizaciones e información emitidas por los profesionales de la salud y los viajes.
La OMT estará en comunicación también con otros órganos de las Naciones Unidas, incluida la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI), así como con la IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional) y con los agentes clave del sector para garantizar que la respuesta del turismo sea coordinada y coherente.
Superada la emergencia del COVID-19, que ahorita tiene al mundo paralizado, la OMT considera pedir apoyo financiero y político a medidas de recuperación dirigidas al sector turístico en los países más afectados.
También considera la planificación e implementación de medidas de recuperación e incentivos en coordinación con las organizaciones internacionales de desarrollo y donantes; y que el apoyo al turismo se incluya en los planes y medidas generales de recuperación de las economías afectadas.
Sector afectado y emergente
Se estima que el COVID-19 afecte a las pequeñas y medianas empresas, que en el caso del sector turístico abarca a 80% de las compañías. A la vez, debido a su naturaleza económica transversal y su profunda huella social, se encuentra en una posición privilegiada para ayudar a las sociedades y comunidades afectadas a regresar al crecimiento y la estabilidad.
“El turismo ha demostrado siempre su resiliencia y su capacidad no solo para recuperarse como sector, sino para liderar una recuperación económica y social más amplia”, destaca el directivo de la OMT.
Golpe estimado
Aunque es prematuro calcular el impacto del COVID-19 en el turismo, experiencias pasadas ayudan a generar una expectativa. La OMT estima que, en 2020, las llegadas de turistas internacionales podrían disminuir entre un 1% y un 3%, en comparación con el crecimiento de entre un 3% y un 4% previsto a principios de enero de 2020.
Ante las restricciones de viajes que han lanzado distintos países, el organismo ha subrayado la importancia del diálogo y la cooperación internacional. Para ello, también estará en comunicación directa con entidades como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI).
La OMT también trabajará de manera estrecha con la IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional) y con los agentes clave del sector para garantizar que la respuesta del turismo sea coordinada y coherente.