Es Carlos Mackinlay secretario de turismo de la Ciudad de México el encargado de articular lo que muy probablemente sea el proyecto emblemático de su administración “Turismo de Barrio” esto será no solamente esparcir turistas a otras partes de la CDMX sino que lo interesante es que da la oportunidad de que los propios ciudadanos se conviertan en anfitriones turísticos en sus propias colonias y ganen sustento económico.
La idea me parece muy relevante, tanto que con el paso del tiempo podría cambiarle el rostro y la configuración turística a una ciudad acostumbrada a tener productos tradicionales tales como Xochimilco, Paseo de la Reforma, Centro Histórico y Chapultepec entre otros.
La CDMX es una ciudad que posee además de estos polos turísticos digamos “tradicionales” una gran riqueza en costumbres y tradiciones de barrio, es una de las más grandes y diversas urbes del planeta que concentra una gran oferta dentro de su gran tamaño y merece la pena hurgar un poco en su urbanidad para encontrar posibles nuevas rutas turísticas y gastronómicas que a la postre se puedan convertir en poderosos productos turísticos competitivos, creo que la CDMX tiene suficientes argumentos para optar por la diversificación de producto turístico y aterrizarlo a barrios tradicionales, es una muy buena idea.
¿Retos? Sin duda alguna el principal y el mas sensible de todos es la percepción de inseguridad que se vive en ciertas partes o barrios, esta percepción abarca precisamente zonas específicas de la ciudad denominados como “barrios inseguros” inclusive de los llamados barrios bravos, justo algunos de los lugares en donde el secretario ha pensado detonar su proyecto.
Ojalá lo logre porque este “Turismo de Barrio” coadyuvaría en buena medida a la disminución de tal percepción de violencia y a crear nuevas fuentes de empleo y autoempleo.
¿Grupos, congresos y convenciones? Definitivamente sí veo a un grupo de turismo de reuniones disfrutando de un tour de barrio, o extranjeros recorriendo alcaldías como Iztacalco, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Milpa Alta, Tláhuac, Venustiano Carranza, Tlalpan, Xochimilco y el oriente de Coyoacán, viviendo al máximo esa urbanidad su cotidianidad del día a día.
Pero mucho dependerá del tema seguridad y mayormente de la estructura de operadores turísticos que se levante en dichos lugares, la capacitación como emprendedores turísticos que reciban sus habitantes para debutar como cocineras tradicionales; promotores turísticos de barrio, anfitrión de barrio, gastronómico, ecoturístico, cultural de arte urbano, religioso y de medicina alternativa.
Tengo entendido que ya están los cursos de capacitación de turismo de barrio operando en las alcaldías pero aún no se conoce cuantas empresas de turismo nuevas se han conformado en esos lugares, de hecho el formato para inscribirse está en la página de la secretaría de turismo de la CDMX. (turismo.cdmx.gob.mx)
Así, a casi un año de su administración ya ocurrió el primer ejercicio concreto “Primer Festival Gastronómico de Barrio, Central de Sabores” los días 09 y 10 de noviembre un gran evento de comida que se realizó como sede en la Central de Abastos de CDMX el mercado más grande del mundo reconocido por la ONU y que contó con al menos 27 grandes expositores de la gastronomía alternativa y de antojitos de la ciudad entre ellos comida lacustre prehispánica, definitivamente este festival tiene mucho potencial, puede crecer mucho con los años.
En conclusión a casi un año de la gestión de Mackinlay esta estrategia del gobierno de la CDMX está dando ya sus primeros pasos, enfocada a desconcentrar un poco del 80% del turismo aglutinado mayormente en el poniente y el Centro Histórico de la ciudad, intentando que la derrama anual de 120 mmdp llegue a otras partes de la urbe.
Turismo de Barrio, la idea al principio podría parecer temeraria, pero intentar aminorar la brecha turística entre el poniente y el oriente en esta ciudad tan diversa creo que es algo muy posible. Veremos con el tiempo a donde va.
Por: Marco Daniel Guzmán