Será en 2024 cuando el número de pasajeros aéreos supere los niveles anteriores a la pandemia según el pronóstico IATA que estima 4 mil millones de viajeros, lo que representa 103% de lo que se movilizó en 2019.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) mejoró su expectativa al tener en cuenta la leve supresión de limitaciones de viajes impuestas por los gobiernos, aunque todavía tiene reservas sobre el efecto de la variante ómicron.
El pronóstico IATA tampoco prevé un efecto profundo en la aviación a consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, aunque es bastante prematuro hacer cálculos de cómo podría influir en la zona.
Si bien, el organismo calcula la recuperación de pasajeros en 2024, no será el mismo comportamiento al tratarse de viajeros internacionales y mercado doméstico, puesto que va a ser éste el que se recupere primero, mientras tanto que el otro puede demorar un año más.
Así, en 2021 se registró apenas 47% de los viajeros que hubo en 2019, este año se espera alcance 83% y en 2023 llegaría a 94%, por lo cual va a ser hasta cinco años después cuando tenga los mismos niveles, y en 2025 tenga niveles de 111%.
Pero al tratarse del tráfico de pasajeros internacional, el pronóstico IATA es que este año apenas se llegue a 67% de lo transportado en 2019, 82% en 2023, y 92% en 2024, aún abajo de los niveles prepandemia; y hasta 2025 tener 101% de lo que se registró en 2019.
Aunque la expectativa aún no es muy alentadora, sí es mejor que lo previsto en noviembre de 2021, cuando todavía había muchas limitaciones y restricciones de viaje; pero con una fuerte recuperación del mercado doméstico que en 2023 ya va a tener los mismos números que antes de la pandemia.
De acuerdo con Willie Walsh, director general de IATA, “en general, nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero existen algunos vientos en contra”.
Asia-Pacífico va a la zaga de la recuperación, a la inversa que Australia y Nueva Zelanda, que han anunciado medidas para reconectarse con el planeta, China, por su lado, no muestra signos de que vaya a relajar su táctica de cero coronavirus.
“Las restricciones en su mercado doméstico están empujando a la baja el número de pasajeros a nivel mundial, incluso cuando otros mercados importantes como Estados Unidos han vuelto a la normalidad en gran medida”, agregó Walsh.
La Unión Americana alcanzará 94% de los niveles de 2019 este año y en 2023 los habrá superado, según el pronóstico IATA.
En cuanto a Latinoamérica, el tráfico de pasajeros hacia, desde y dentro ha sido resistente a la pandemia, según los reportes, impulsado por la conectividad con Norteamérica; por lo que también se prevé recuperación en 2023 en América Central, en 2024 para Sudamérica y en 2025 en el Caribe.
El pronóstico IATA no calcula el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania, pues la aviación es resistente a la crisis y es poco probable que afecte a largo plazo, pero no subestima la posibilidad de riesgos, principalmente en la región.
El análisis de sensibilidad se basa en la extensión geográfica, la gravedad, el plazo de las sanciones y/o los cierres del espacio aéreo. Estos impactos se sentirán con mayor intensidad en Rusia, Ucrania y áreas vecinas.
También contempla el impacto en los costos operativos de las aerolíneas como resultado de las fluctuaciones en los precios de la energía o el cambio de ruta para evitar el espacio aéreo ruso, lo que podría tener implicaciones más serias.
“Es probable que la confianza del consumidor y la actividad económica se vean afectadas incluso fuera de Europa del Este”, concluye Walsh.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) mejoró su expectativa al tener en cuenta la leve supresión de limitaciones de viajes impuestas por los gobiernos, aunque todavía tiene reservas sobre el efecto de la variante ómicron.
El pronóstico IATA tampoco prevé un efecto profundo en la aviación a consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, aunque es bastante prematuro hacer cálculos de cómo podría influir en la zona.
Si bien, el organismo calcula la recuperación de pasajeros en 2024, no será el mismo comportamiento al tratarse de viajeros internacionales y mercado doméstico, puesto que va a ser éste el que se recupere primero, mientras tanto que el otro puede demorar un año más.
Así, en 2021 se registró apenas 47% de los viajeros que hubo en 2019, este año se espera alcance 83% y en 2023 llegaría a 94%, por lo cual va a ser hasta cinco años después cuando tenga los mismos niveles, y en 2025 tenga niveles de 111%.
Pero al tratarse del tráfico de pasajeros internacional, el pronóstico IATA es que este año apenas se llegue a 67% de lo transportado en 2019, 82% en 2023, y 92% en 2024, aún abajo de los niveles prepandemia; y hasta 2025 tener 101% de lo que se registró en 2019.
Aunque la expectativa aún no es muy alentadora, sí es mejor que lo previsto en noviembre de 2021, cuando todavía había muchas limitaciones y restricciones de viaje; pero con una fuerte recuperación del mercado doméstico que en 2023 ya va a tener los mismos números que antes de la pandemia.
Pronóstico IATA por zonas
De acuerdo con Willie Walsh, director general de IATA, “en general, nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero existen algunos vientos en contra”.
Asia-Pacífico va a la zaga de la recuperación, a la inversa que Australia y Nueva Zelanda, que han anunciado medidas para reconectarse con el planeta, China, por su lado, no muestra signos de que vaya a relajar su táctica de cero coronavirus.
“Las restricciones en su mercado doméstico están empujando a la baja el número de pasajeros a nivel mundial, incluso cuando otros mercados importantes como Estados Unidos han vuelto a la normalidad en gran medida”, agregó Walsh.
La Unión Americana alcanzará 94% de los niveles de 2019 este año y en 2023 los habrá superado, según el pronóstico IATA.
En cuanto a Latinoamérica, el tráfico de pasajeros hacia, desde y dentro ha sido resistente a la pandemia, según los reportes, impulsado por la conectividad con Norteamérica; por lo que también se prevé recuperación en 2023 en América Central, en 2024 para Sudamérica y en 2025 en el Caribe.
El pronóstico IATA no calcula el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania, pues la aviación es resistente a la crisis y es poco probable que afecte a largo plazo, pero no subestima la posibilidad de riesgos, principalmente en la región.
El análisis de sensibilidad se basa en la extensión geográfica, la gravedad, el plazo de las sanciones y/o los cierres del espacio aéreo. Estos impactos se sentirán con mayor intensidad en Rusia, Ucrania y áreas vecinas.
También contempla el impacto en los costos operativos de las aerolíneas como resultado de las fluctuaciones en los precios de la energía o el cambio de ruta para evitar el espacio aéreo ruso, lo que podría tener implicaciones más serias.
“Es probable que la confianza del consumidor y la actividad económica se vean afectadas incluso fuera de Europa del Este”, concluye Walsh.