El logo de CDMX el karma de Claudia Sheinbaum

Pienso que Claudia Sheinbaum sabe algo que nosotros no sabemos respecto a las marcas destino y debería revelarlo ya, yo le digo que no soy tan partidario de Mancera su predecesor, pero creo que el logo de la CDMX en negro y rosa ha sido un fenómeno si precedente y ha funcionado categóricamente, se ha arraigado en los capitalinos, ha generado identidad.

Ella dice que todos los gobiernos cada que entran en funciones cambian de piel y sí, así ha pasado, pero eso no es una regla de comunicación estratégica, es una regla política que entre ellos los políticos se han inventado para plasmar su huella en el gobierno, y al paso del tiempo hemos visto que no funciona para nada, no arraiga nada, son un traje hueco que al final de sus funciones se desecha al bote de la basura. ¿Cuál es el estudio, consulta o referéndum donde ella se basa para cambiar el logo? ¿Solo por seguir la moda de los políticos? ¿Ese es su argumento? Con todo respeto me parece muy pobre su argumento.

Ella dice que el cambio únicamente será para la parte institucional que “de momento” la marca CDMX se queda para la promoción turística, cuando todos sabemos que ha dejado ver sus verdaderas intenciones y que cuando esté en el cargo borrará lo que dejó el que se fue, de eso no hace falta ser un adivino del futuro para inferirlo.

Ella dice que no quiere que sean la empresas consultoras las que definan los diseños de la marca, quizá porque piensa que también estará envueltas en vilos de corrupción, que dicho sea de paso si tu las contratas y las vigilas eso no debería pasar, ella prefiere que sean los ciudadanos, quienes definan su nueva marca y así fue, y ahí vimos los resultados, sus logos finalistas a mi parecer bastante anticuados, envueltos en escándalo de plagio y hasta el último finalista el logo ganador también envuelto en el escándalo de posible plagio, tanto que hasta ella misma tuvo que tuitear que acudirá al IMPI para dirimir responsabilidades cuando ese paso debió darse antes de sacar un logo ganador a la luz pública, mostrar una marca de ese calibre es básico su registro previo ante el IMPI, pero como el 5 de diciembre se aproxima, ya se le cuecen las habas.

Ella, Sheinbaum dice esa será su manera de gobernar, con la participación de la ciudadanía refiriéndose a su logotipo ganador, si tanto le preocupa lo que diga la ciudadanía debería hacer un análisis de las conversaciones en redes sociales, de su propia cuenta de twitter para medir cuanta gente está a favor y cuanta está en contra de su proyecto de cambiar el logo de la CDMX. O tal vez mejor aún, realizar una consulta abiertamente para saber si los ciudadanos queremos dicho cambio o no.

A ella le digo, lo que ve como un riesgo de que una sola marca represente turismo y gobierno institucional, yo que soy parte de la ciudadanía lo veo como una poderosa oportunidad, jamás de había visto que una marca pudiera ser tan fuerte para promover una ciudad y tenerla al mismo tiempo en los recibos del agua, con la marca CDMX el trabajo ya está hecho y podría continuar el éxito de la marca destino, se gana más dejándola que cambiándola. Lo que a Claudia Sheinbaum le hace ruido yo lo veo como una poderosa oportunidad de posicionamiento de marca destino gobierno-turismo que ella está desechando.

Desde aquí le digo, quizá podría convertirse en su karma, y que por mucho que lo cambié la gente tiene en su mente CDMX, tendrá que invertir millones de pesos nuevamente, podrá borrarlo de los papeles oficiales y ponerlo en el transporte público, pero cuando una marca se convierte como dicen los que saben de marketing en “lovemark” y se mete en el corazón de las personas por más que se gasten millones en tratar de reposicionar, la marca vivirá y será recordada por mucho tiempo, aunque no se quiera. Creo que tantos escándalos son parte del karma de la marca CDMX que se niega a morir.

A Claudia Sheinbaum le digo, yo voté por usted, no esperé que esto pudiera preocuparle tanto, yo enserio pensé que iba a practicar la austeridad republicana tal cual, echar mano de lo que hay, en el caso de esta marca a favor de la ciudad que ha costado mucho dinero y esfuerzos, pensé que usted no se iba a dejar llevar por la tentación de la frivolidad de una marca personal que se desechará en seis años otra vez. Piénselo con la marca CDMX el trabajo ya está hecho y usted podría llevar esa marca destino a la luna si quisiera.