Recientemente se llevo a cabo el primer Congreso Mundial de Destinos Inteligentes organizado por la OMT (Organización Mundial del Turismo) en España, y dentro de las conclusiones se propusieron las características que debe reunir un destino para ser considerado como tal, estas fueron presentadas por Aurkene Alzua, profesora de la Universidad de Deusto.
Según esta presentación la articulación del destino inteligente debe estar centrada en la relación entre ciudadano y visitante, destacando la necesidad de “encontrar formas de conectar la visión de la tecnología inteligente con las verdaderas preocupaciones de los viajeros y ciudadanos, para comprender mejor las necesidades reales y validar mejoras en áreas críticas como la seguridad pública, la movilidad y el diseño de servicios”.
La resiliencia debe ser el atributo central del destino inteligente: “Innovación para los lugares inteligentes y contribuir a una gobernanza eficaz de los destinos; los nuevos enfoques para apoyar la resistencia y flexibilidad de las comunidades como fin para fortalecer la capacidad de los destinos inteligentes para recuperarse de las amenazas y las presiones globales”.
La innovación y la creatividad son, en opinión de la profesora, “fundamentales para construir un destino exitoso”, basándose en “las relaciones entre el turismo creativo, el turismo inteligente y la calidad de vida. Más de una ponencia ha hecho hincapié en la necesidad de impulsar procesos de cocreación como fórmula para la revitalización de los destinos y sus empresas”.