En la actualidad, más del 95% de los viajeros alrededor del mundo utiliza alguna de las herramientas digitales a su alcance, ya sea a lo largo del viaje, durante la organización o a su regreso.
Y es que las posibilidades que ofrece la digitalización en el sector turístico resultan casi infinitas: redes sociales, aplicaciones de geolocalización, buscadores de información, webs de comparativas de precios (y calidad), OTAs… Por no hablar de los recursos tecnológicos «conectados» que esos turistas pueden encontrar en los hoteles o los lugares visitados durante cualquier viaje.
El dato lo ofrece The Boston Consulting Group, empresa global especializada en consultoría estratégica para la alta dirección de empresas, y lo recoge IMF Business School para advertir sobre la urgente necesidad de que los responsables del sector adopten las medidas necesarias para adaptarse cuanto antes a este nuevo tipo de viajeros.
Estos turistas, conocidos también como 3.0 o Adprosumers, son el verdadero motor de cambio del sector. Manifiestan un gran deseo por vivir experiencias únicas y específicas en el lugar que visitan y en el que pernoctan, lo que, en los últimos tiempos viene denominándose como turismo naranja. Un turismo que busca, ante todo, conectar con la cultura del lugar y que goza de una gran expansión gracias a los millennials. Es decir, aquellas personas cuya educación se ha desarrollado en exclusiva durante la llamada era digital. De ellos, según un estudio sobre hábitos de viaje realizado por OpinionWay, el 50% está dispuesto, en un plazo de diez años, a tener experiencias culinarias y culturales únicas y vivencias 3.0. Y uno de cada tres expresa su intención de conocer de esta forma los grandes destinos turísticos del planeta.
El esfuerzo para lograr satisfacer sus demandas y necesidades específicas es importante. Y, mientras, buena parte de los empresarios turísticos afirma tener dificultades para encontrar personal con la formación y experiencia necesarias como para enfrentarse a ese reto.