De acuerdo a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el 35 por ciento de los vuelos que salen del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) presentan retrasos superiores a 15 minutos, lo que la coloca en la primera posición en este rubro a nivel nacional.
No es para menos, pues se sabe que la terminal capitalina, además de concentrar el 33 por ciento del flujo de pasajeros aéreos que se mueve por México, y el 36 por ciento de carga. Aunado a la saturación, que ha derivado en el tope de los slots (horarios de despegues y aterrizajes), se suman las condiciones ambientales de la ciudad, la seguridad operacional, el suministro de turbosina, y las repercusiones de estos factores en otras aerolíneas, todo un cuello de botella.
Esta situación repercute también en la operación de otras terminales del país, pues de acuerdo al Índice Global de Competitividad, los retrasos en el AICM hacen efecto dominó en los aeropuertos con los que conecta.
La situación no es nueva, y aunque el actual director del aeropuerto capitalino Alexandro Argudín, ha minimizado el problema, empresarios del ramo se han pronunciado por tomar medidas, ante un eventual colapso, previo a la apertura del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) previsto para 2020.
Al AICM le siguen en retrasos las terminales de Puerto Vallarta, con 30 por ciento, Guadalajara 28 por ciento y Tijuana y Los Cabos, con 25 por ciento cada una.