El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) precisó que, de los 11 mil 094 ejemplares de vegetación que es necesario remover para los tramos 1 al 3 del Tren Maya, sólo serán afectados 6 mil 637 árboles.
La dependencia señaló que esto equivale a 11 árboles por hectárea, aunado a que se contemplan programas de rehabilitación y reforestación como medidas de mitigación de impacto ambiental para recuperar los ecosistemas.
Cumplimiento a la norma
El pasado 16 de junio, Fonatur informó la entrega de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de los tramos 1, 2 y 3 del Tren Maya, que correrán a de Palenque, Chiapas a Izamal, Yucatán, a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En el documento se especifica que serán afectadas 604.04 hectáreas, en donde ya existe vía férrea, por lo tanto el área ya fue impactada, sin que se hayan hecho acciones de compensación.
Fonatur detalló que la vegetación que ha vuelto a crecer en la zona se le conoce como secundaria, a los que pertenecen los 6 mil 637 árboles. Otros 2 mil 691 son de vegetación secundaria arbustiva, mil 700 de vegetación secundaria herbácea y 66 epífitas, plantas que crecen encima de otras plantas.
De acuerdo con la MIA, de los árboles señalados, sólo 61 corresponden a 4 especies que tienen alguna categoría de protección de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana que protege a las especies nativas, esto es 1% del total los árboles que se removerán.
También se informó que estas 604.04 hectáreas que se verán afectadas para la construcción de los tramos 1, 2 y 3 del Tren Maya corresponden a 24% de la superficie total requerida para la Fase 1 de este proyecto, en donde solo hay vegetación secundaria y no selvas prístinas ni vírgenes.
Compromiso con el medio ambiente
Fonatur reiteró que cada kilómetro que recorrerá el Tren Maya fue estudiado y analizado con detalle, para considerar entre otras cosas el cuidado del medio ambiente.
“El Tren Maya controlará los impactos de las obras y las actividades de estas durante su construcción y operación para proteger el medio ambiente del sureste mexicano, a través de la instrumentación de estrictos programas de supervisión y vigilancia ambiental, los cuales ya son parte de los Planes de Gestión Ambiental de las empresas constructoras participantes”, enfatizó la dependencia.