Se trata del turismo que se basa en la experiencia y que busca viajes únicos en destinos no descubiertos. En IMF Business School han analizado cuáles son las principales ventajas de esta nueva forma de hacer turismo.
El turismo naranja reúne cada día a más seguidores. Los millenials son los usuarios que más demandan esta manera de conocer nuevos lugares, en concreto un 47% de ellos piensa que en diez años querrá tener experiencias culinarias y culturales, y 1 de cada 3 apuesta por conocer los grandes destinos turísticos del mundo, según un estudio internacional sobre hábitos de viaje realizado por OpinionWay. Además, esta generación busca viajes únicos en destinos que aún no han sido descubiertos por el turismo de masas.
El sector turístico está adaptándose en la actualidad a las nuevas demandas del turista actual, que ya no busca un destino sino vivir experiencias únicas y auténticas. Ahí arranca un fenómeno bautizado como turismo naranja, que se apoya sobre los principios de la Economía Naranja. Se trata de la continuación del turismo de colores en el que el verde hace referencia a la naturaleza y la ecología, el azul a los deportes náuticos, el blanco abarca todos los deportes de invierno y el rosa está vinculado a la comunidad LGTB.
A comienzos de siglo, algunos investigadores definían este tipo de turismo como el que “ofrece a los visitantes la oportunidad de desarrollar su potencial creativo a través de la participación activa en cursos y experiencias de aprendizaje del destino de vacaciones donde se desarrollan”. El turismo naranja propone qué experiencias no se debe perder un visitante para lograr conectar con los habitantes de ese lugar y sentirse integrado dentro de la cultura local.